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¿Para qué sirve la vitamina B? Las vitaminas son micronutrientes esenciales para nuestro organismo que no podemos producir por nosotros mismos. Por este motivo, necesitamos introducirlas a través de la alimentación o de suplementos. En lo que respecta a la suplementación a través de un suplemento, es bueno entender cómo orientarse en la elección del producto más adecuado en función de las necesidades individuales. La importancia de las vitaminas en forma activa Existe una diferencia sustancial entre las vitaminas en forma activa y en forma inactiva. Estas últimas deben transformarse (mediante una enzima) y hacerse activas para poder ser utilizadas por el organismo. A continuación veremos cómo se traduce esta diferencia en las vitaminas del grupo B. La vitamina B9 existe comercialmente como ácido fólico (forma inactiva) y como metiltetrahidrofolato 5-MTHF (forma activa). El ácido fólico se convierte en 5-MTHF mediante varias transformaciones, la última de ellas a través de una enzima, la metilen-tetrahidrofolato reductasa (MTHFR), que está genéticamente mutada en el 43% de la población europea.

Esto significa que funciona mucho menos de lo esperado (entre un 30 y un 70% menos) e implica una menor producción de vitamina B9 activa. ¿Por qué es tan importante la vitamina B9? La vitamina B9, junto con la B12 (también en forma activa) interviene en el ciclo de degradación de la homocisteína (un aminoácido presente de forma natural en las células en cantidades reducidas). Como la homocisteína no se degrada, se acumula en la sangre. Los niveles elevados de homocisteína se asocian a un mayor riesgo de desarrollar enfermedades cardiovasculares y defectos del tubo neural (espina bífida) durante el embarazo. Además, la literatura científica también señala los siguientes riesgos

  • Aumento de los abortos espontáneos
  • Infertilidad
  • Mayor riesgo cardiovascular y de trombosis
  • Predisposición a alteraciones neurológicas y psiquiátricas, por ejemplo depresión, trastorno bipolar, esquizofrenia
  • Aumento del estrés oxidativo
  • Deterioro del sistema inmunitario
  • Anemia
  • Posible desarrollo de enfermedades gastrointestinales
  • Mayor riesgo de desarrollar enfermedades autoinmunes
  • Predisposición al cáncer

Como hemos visto, el 43% de la población tiene este problema; por lo tanto, el ácido fólico (forma inactiva) no ayuda a la producción de B9 activa, aumentando los riesgos mencionados. ¿Cuál es la solución? Tomar siempre la forma activa: 5METIL-TETRAHIDROFOLATO. De esta forma, cualquier persona, tenga o no este polimorfismo genético, se asegura de tomar la vitamina adecuada para ayudar en todas las reacciones en las que interviene.

Vitamina B12. En este caso también existe una forma inactiva, la cianocobalamina. Al igual que la B9, esta forma también fue creada por el hombre, ya que no existe en la naturaleza. También es interesante saber que las 3 formas activas de vitamina B12 que se encuentran en los alimentos se destruyen con la cocción (se pierde alrededor del 50%). Sin embargo, especialmente en presencia de enfermedades, las formas activas de vitamina B12 suelen faltar en el organismo. Recuerde que la vitamina B12 es muy importante, especialmente para la producción de neurotransmisores y, por tanto, para un mejor funcionamiento del cerebro.

VitaminaB2. La forma activa de la vitamina B2 es la riboflavina 5-fosfato. Para activarse, el organismo consume energía (ATP). En presencia de enfermedades, puede no haber suficiente ATP y, por tanto, no se puede producir la forma activa. Por eso es ventajoso tomar un suplemento de vitamina B2 en su forma activa.

VitaminaB6. La vitamina B6 es útil para la producción de ADN y la formación de neurotransmisores. La Autoridad Europea de Seguridad Alimentaria (EFSA) informa de reacciones adversas en presencia de altas concentraciones de vitamina B6 en su forma inactiva, Piridoxina-HCl.
Por el contrario, la forma activa, es decir, el piridoxal 5-fosfato, es segura para el organismo. En aras de la calidad y para apoyar a las personas en su elección de ingredientes, ZREEN utiliza siempre las formas activas.

Fuentes

La revista de la EFSA (2008): 260, 1-13 y 815: 1-22 Textbook of Biochemestry for Medical Students VII ed Food & Nutrition Care Process Nutrition and Immunity Humanitas.co.uk EFSA claims Exp Biol MED 2007; 232(10):1266-74